Lo primero fue que nos pusimos a cortar hojas y con eso del síndrome obsesivo compulsivo que me aqueja, pues me retrasé un poquito, pero la buena de Tamara me ayudó a recortar lo que me faltaba.
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| Tam ayudándome a cortar |
Lo siguiente, ¡nos enseñaron a hacer embossing y lo amé con pasión y locura! Es como una tinta y encima pones algo como purpurina (pero especial para embossing) y lo secas con una secadora especial. Esto es súper importante porque una secadora para el pelo normal no funciona. Si lo haces con una secadora de pelo corres el riesgo de encontrarte llenando el baño de purpurina azul y rogándole al cielo para que Jorge no se de cuenta.
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| Embossing rocking tha' house! |
También pintamos con acuarelas algo así como freestyle. No es mi fuerte porque estoy acostumbrada a pintar sin salirme de la rayita, pero aquí no había rayita… Hubo un fuerte conflicto en mi cabeza en esos momentos pero al final no morí ni na'.
Lo más difícil que aprendimos fue a encuadernar nuestro mini álbum, y tan difícil que al final lo hice mal y algunas de las hojas me quedaron de cabeza por no fijarme antes de pasar la aguja (¡aplausos!). Sentía que se me apretaba el corazón cuando me di cuenta de mi error y más aún cuando se lo contaba a alguien y no parecían sentir la misma congoja que yo.
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| Jara enseñándonos a encuadernar |
Al final resulta que lo de las hojas de cabeza no se nota porque había que pegar nuestras fotos encima (ufff). A ver si a la próxima tomo menos fotos y pongo más atención :)
Me lo pasé tan bien y me encantó tanto el mini que ya estoy inscrita al siguiente curso en Biscuit Project.
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